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CLUB DE LOS 300

EL ORIGEN DEL "CLUB DE LOS 300"

El club de los 300 es la iniciativa de responsabilidad social corporativa de Bodegas Muga que inicio su andadura en febrero de 2012 junto con la Fundación Cuentasueños. Durante la fiesta de carnaval de Haro de aquel año y bajo la hospitalidad del comedor de la bodega, se sentaron las bases de una iniciativa solidaria que, a día de hoy, continúa ayudando mediante las aportaciones de sus fundadores y socios.
No fue una comida de trabajo, sino una ocasión familiar en la que se mezclaron representantes de unos y de otros de hasta tres generaciones, regada por buen vino, buen humor y, sobre todo, la ilusión de construir algo bueno que perdurara en el tiempo.
Así surgió la idea de fundar el Club de los 300, un club formado por trescientas personas amantes del vino que compartieran con los fundadores del mismo los valores de la generosidad, la empatía y las ganas de contribuir a hacer del mundo un lugar un poco mejor. Cómo conseguirlo era sencillo: mediante la aportación del talento de cada uno.


La familia Muga se comprometió a ceder cada año entre 1.800 y 2.000 botellas de un vino único, elaborado especialmente para el Club. De este modo, cada socio dispondría de una cuota de seis botellas de un vino exclusivo y el importe que cada persona desembolsara por dicho cupo iría íntegramente a la financiación de un proyecto asistencial o de ayuda al desarrollo.
Fundación Cuentasueños ayudaría a la familia Muga a buscar y seleccionar el proyecto de cada año, asegurándose de que estuviera desarrollado en el terreno por una entidad solvente de tamaño mediano que ofreciera garantías de que el dinero llegaba al fin propuesto.
Además, Cuentasueños se comprometía a a realizar los materiales audiovisuales necesarios para comunicar el proyecto a los socios del club para que todos ellos se ilusionaran con el proyecto y abonaran sus cuotas.


Dicha comunicación se articularía siempre alrededor de la figura de un “soñador” o “soñadora”, una persona local, afectada directamente por el problema y cuyo sueño fuera encortar una solución que beneficiara a toda la comunidad afectada.
Para que la implicación de todos fuera aún mayor, se acordó montar una delegación mixta Muga-Cuentasueños, para realizar el viaje anual al lugar en el que se fuera a hacer realizad el proyecto, para conocer las necesidades y los efectos del mismo de primera mano y encontrar juntos al “soñador”.
Así, sin más ni más, tres meses después, en junio de 2012, sin tener todavía ni un solo socio dentro del club, algunas de las personas que se conocieron durante aquella comida, estaban recorriendo las calles de Adís Abeba (Etiopía) tratando de convertir el vino en agua.


Proyectos

Una elección fácil y otra difícil.

Una vez que la familia Muga decidió que su interés era que el primer proyecto se dedicara a facilitar el acceso al agua potable en algún lugar del mundo, fue muy sencillo elegir a la fundación Africana para la Medicina y la Investigación (AMREF) como ONG colaboradora. AMREF lleva trabajando en África desde el año 1957 realizando actividades de promoción de la salud, fundamentalmente con personal local. Está muy relacionada con los gobiernos de los diversos países en los que opera, lo cual facilita mucho su trabajo y hace que en ocasiones los gobiernos se pongan en sus manos a la hora de mejorar una determinada situación.
Además, el presidente de Cuentasueños los conocía muy bien, pues es miembro de su patronato y había desarrollado con ellos otro proyecto de RSC en Tanzania cuya experiencia había sido muy positiva.


Más complejo fue elegir cuál de todos los proyectos de AMREF se apoyaría desde El Club de los 300, pues el agua es necesaria en todas partes. La ONG presentó tres: uno de ellos localizado en Kenia, otro en Sudán y otro en Adís Abeba, la capital de Etiopía. Finalmente, se optó por esta último, entre otras cosas, por las garantías de seguridad que ofrecía, el elevado número de personas que podían beneficiarse y sobre todo, por su soñador, Gadissa.




Un proyecto digno de la estatuilla dorada.

Parte del éxito de El club de los 300 fue unir a un grupo de trescientas personas amantes del vino y comprometidas con los demás. Así, no era de extrañar que el proyecto abordado en la segunda edición viniera, precisamente, de la mano de uno de los socios. Fue Luis Gallardo, socio n.º290 del Club, quien contactó con Goyo Panadero apara presentarle una iniciativa con la que llevaba colaborando varios años: la Academia de secundaria de Artist for Peace and Jusrice (APJ) en Puerto Príncipe (Haití): una escuela de secundaria con capacidad para 2.200 alumnos en el curso 2014/15, todos ellos becados, lo que les da la opción de llegar a la Universidad, un reto que solo alcanza el 1% de los haitianos.

APJ es una organización estadounidense con varias personalidades de Hollywood entre sus colaboradores, que desarrolla programas de educación, salud y dignidad en Haití desde que en 2010 el país caribeño fue arrasado por un terremoto. Algunos de sus miembros como su presidente, el director de cine Paul Haggis, lleva años colaborando con St. Luke Fundation una organización religiosa con más de 20 años de experiencia en Haití. Esta colaboración se mantiene ahora de forma institucional con APJ.

La entidad invitó a una delegación del Club a asistir a su gran gala benéfica anual, celebrada en la antesala de la entrega de los Oscar. Allí, Eduardo Muga y su esposa pudieron conocer a los responsables de la organización, su manera de trabajar y los proyectos que desarrollan en Haití y sellaron el acuerdo para destinar los fondos de la segunda edición del Club de los 300 para financiar becas para 120 alumnos de la escuela.




Aprender a soñar y a perseguir sus sueños.

En la tercera edición del Club de los 300 el proyecto se desarrolló en Filipinas y se llamó “Akay Kalinga” que, en el idioma tagalo, significa “cuidar con ternura”. Allí ayudamos a que los niños de Akay Kalinga puedan ser cuidados con esmero y con cariño.
AKAY KALINGA es mucho más que un centro de acogida para niños de la calle. Los más de cuatrocientos niños que cada año cruzan sus puertas encuentran en él seguridad, amor y esperanza. Allí les enseñan cuáles son sus derechos y cómo hacerlos valer ante los demás.

En esta edición los fondos obtenidos de la venta del vino se destinaron a la manutención de dos centros de acogida de niños y adolescentes, de las calles de Zamboanga, Filipinas. En este proyecto contamos la historia de una joven filipina, Nurwisa, cuyo sueño es mantener abierto el centro Akay Kalinga, lugar en el que ella salió de la calle y pudo acceder a los estudios para convertirse en enfermera. Actualmente, más de 2.000 menores viven en las calles de Zamboana, donde se ven obligados a trabajar y mendigar para poder sobrevivir.

Vino solidario
El vino escogido por Bodegas Muga para formar parte de este proyecto solidario es un tinto reserva del 98 que se reedita bajo el nombre de Filipinas. Gracias a este tinto reserva del 98 y a la colaboración del Club de los 300, 450 niños podrán hacer realidad sus sueños y vivir en un entorno saludable y sostenible.
Bodegas Muga quiso estar presente en Zamboanga y para ello Eduardo Muga, responsable de la bodega, y representantes de la Fundación Dreamtellers viajaron a Filipinas para conocer los dos centros, a los menores y a sus monitores.
El centro Akay Kalinga fue fundado en los años 90 con el fin de ayudar a los niños que viven en la calle a salir de ella. Este centro es posible gracias al esfuerzo y al trabajo en los últimos 20 años del Misionero Claretiano Ángel Calvo.
Tanglow Buhay -el otro centro que forma parte de este proyecto solidario- acoge a niñas víctimas de la trata de personas con el fin de que vuelvan a estudiar y puedan disfrutar de su niñez.
Ambos centros se financian gracias a las donaciones privadas y a la actividad de una granja construida en 2010 por el padre Ángel. El dinero obtenido gracias al Club de los 300 se destinó a la mejora de instalaciones de la granja que ayuda a generar recursos para garantizar la continuidad de ambos centros.




Centro de Nutrición y un anexo de maternidad (Neonatologia).

En la zona de Banikoara, en el norte Benin, los problemas de salud en la infancia se asemejan más a los del cercano Niger, uno de los paises con mayor tasa de mortalidad infantil del mundo. Los problemas generales del sistema sanitario beninés, agravados por el cambio climático con una mayor incidencia en la región rural subsahariana y un sistema de salud pública insuficiente e ineficaz hacen de Benin uno de los paises con mayor tasa de mortalidad de menores de 5 años (TMM5) a nivel mundial.

La colaboración entre Bodegas Muga y la Fundación Alaine dió paso a un proyecto en el que se creó y equipó un centro de recuperación nutricional para ayudar a los niños benineses con problemas de desnutrición y a sus familias a conocer los recusos locales para combatir el problema. En el proyecto se creó una zona de acogida, una consulta para las primeras visitas y una zona de hospitalización para los casos de desnutrición severa, donde los niños se quedan hospitalizados y acompañados por su madre que ayuda en la recuperación y aprende a mejorar las dietas con medios y productos locales. El proyecto se completó con una cocina tradicional para el centro y para las madres y una sala comedor y formación.

Eva y Ana fueron las embajadoras de Bodegas Muga que asumió más del 70% del proyecto.




Los 4 proyectos anteriores, su punto en común, es que han sido proyectos sostenibles a un año.

Donación de material para combatir la pandemia de la COVID-19

Es nuestra última iniciativa, en la que todos los socios y familiares nos hemos visto de alguna forma afectados por la pandemia del covid-19. Por ello esta campaña la hemos ampliado al “Club de los 300 y pico”. Podemos llegar hasta los 500 socios porque hoy más que nunca, estamos todos implicados.

En este caso, nuestro objetivo ha sido desde el primer momento de conocer la gravedad del asunto, conseguir a través de diferentes lugares del mundo por diversos contactos comerciales, material sanitario para combatir la pandemia causada por el covid-19 para Hospitales de La Rioja, Guipúzcoa y Madrid, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y Residencias de Mayores.

"Este año, sin duda, hemos tenido claro que el momento de actuar era ahora e intentar donar el máximo material posible para que los sanitarios de nuestro país puedan trabajar en unas mejores condiciones."



Bodegas Muga ha impulsado, en su VI proyecto y de la mano de la Fundación Cancer Research Innovation Spain (CRIS), un nuevo proyecto de investigación para el tratamiento y cura del cáncer cerebral infantil.
Un proyecto para la lucha contra el cáncer infantil

El cáncer es la principal causa de muerte infantil, por enfermedad, en nuestro país. Los tratamientos en esta materia no se encuentran en un estado muy avanzado, ya que todavía existe un gran desconocimiento de los mecanismos que hacen que se formen los tumores en los niños, así como en las razones por las que su sistema inmunitario no es capaz de combatirlos.
Por lo tanto, es imprescindible invertir en investigación clínica para poder comprender cómo se produce el cáncer, tratar de evitarlo y combatirlo mediante terapias más eficaces y con menos efectos secundarios. Ese es el objetivo de la campaña solidaria de ‘El Club de los 300’: colaborar en un proyecto de investigación en terapias avanzadas, las cuales requieren de personas muy especializadas y con gran capacidad de liderazgo.
La Unidad de terapias avanzadas de cáncer infantil del Hospital de la Paz, que financia CRIS contra el cáncer, cuenta con una estructura multidisciplinar e integrada que combina la investigación puntera y los ensayos clínicos. Esta unidad se encuentra liderada por el Dr. Antonio Pérez Martínez que ha destacado que para comprender y tratar estos casos tan complicados es imprescindible abordar el problema desde varios enfoques diferentes: “El equipo consta de tres grandes áreas: una que se encarga del diagnóstico genético avanzado, otra del tratamiento preciso mediante el desarrollo de inmunoterapias como la terapia celular y las terapias avanzadas y de identificar los mecanismos por los cuales el cáncer se hace resistente o refractario a tratamientos convencionales y busca nuevas posibilidades terapéuticas en ensayos clínicos o usos compasivos”.



Sobre la Fundación CRIS Contra el Cáncer

La fundación CRIS contra el cáncer es una organización independiente nacida hace más de 10 años, sin ánimo de lucro y dedicada al fomento y desarrollo de la investigación para acabar con el cáncer. Actualmente está financiando 81 líneas de investigación de cáncer adulto y pediátrico, ha desarrollado más de 418 ensayos clínicos y más de 40 nuevos tratamientos, apoya a 198 investigadores y científicos y sus Programas CRIS de Investigación son referencia internacional en financiación de investigación




Queremos agradecer a todas las personas y colaboradores que todo esto lo hacen posible.
Sin su ayuda, todo sería diferente.