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El Proceso

¿Cómo elaboramos nuestros vinos?

Recepción de uva

Las uvas recepcionadas en bodega, en primer lugar se analizan para conocer parámetros importantes, como el grado, la acidez, el color y el estado fitosanitario. En función de éstos parámetros la uva se clasifica por calidades, rechazando aquella que no alcance el nivel exigido para nuestros vinos. Los racimos empleados para la elaboración de los vinos Aro, Torre Muga y Prado Enea, se vendimian en cajas de 20 kilos de capacidad, para que lleguen a la bodega en perfecto estado. Posteriormente estos racimos pasan por la mesa de selección, donde se eliminan aquellos que presenten alguna irregularidad. A continuación, los racimos pasan a las despalilladoras, donde se separa el raspón del racimo, introduciendo las uvas seguidamente a los tinos de fermentación.


 
 

Salas de fermentación

La fermentación alcohólica es un proceso natural, por el que el azúcar que contiene la uva se va transformando lentamente en alcohol. Además el contacto del mosto con el hollejo, permitirá que el primero tome las sustancias que le proporcionan el color y el aroma. Bodegas Muga dispone de 4 salas de fermentación con 90 tinas de madera cuyas capacidades varían desde los tres mil hasta los quince mil kilos de capacidad. Gracias a éste amplio abanico de posibilidades, podemos vinificar individualizadamente las uvas en función de su calidad y viñedo de procedencia.


 
 

 
 

Tonelería

Fieles a los métodos tradicionales, Bodegas Muga emplea roble en todo el proceso de elaboración (fermentación, crianza y almacenaje). De hecho, es una de las pocas bodegas españolas que dispone de tres toneleros y un cubero, encargados de trabajar la madera de roble que dará finalmente ese sabor único y especial a nuestros vinos.


 
 

Crianza en barrica

Una vez realizada la fermentación alcohólica, el vino llevará a cabo de forma natural la segunda fermentación o también llamada fermentación maloláctica. Posteriormente los vinos comienzan la crianza en barrica, pudiendo oscilar ésta entre 24 y 36 meses según la categoría del mismo. Cada cuatro meses de permanencia en las mismas, se procederá a la trasiega por gravedad, tarea consistente en pasar el vino de las barricas que ha ocupado a otras vacías. Mediante ésta importante labor, se eliminan las impurezas precipitadas durante la crianza y se oxigena el vino.


 
 

Clarificación

Una vez criado el vino tinto, antes de su embotellado, en Bodegas Muga se procede al clarificado por el método tradicional de la clara de huevo fresco, consistente en añadir de dos a tres claras de huevo fresco por hectolitro de vino con el objeto de que las claras arrastren consigo las impurezas que aun tuviera el vino y suavizar los taninos del mismo antes de ser embotellado. La clarificación se lleva a cabo en depósitos de roble de 17.500 litros de capacidad, y una vez finalizado el proceso se extrae el vino del deposito para su inmediato embotellado, dejando las claras junto con las impurezas en el interior del deposito. Éstas se mezclaran con estiércol para producir un compost de calidad y equilibrado con el que abonarán los viñedos siguiendo el proceso biológico natural.


 
 

 
 

Crianza en botella

Una vez embotellado el vino, éste permanecerá en la bodega por un periodo que oscila desde los 9 meses para el Crianza hasta los 36 que permanecerá el Prado Enea Gran Reserva. Durante éste tiempo el vino se afina en botella, para su disfrute desde el momento en que se ponga a disposición del consumidor.